martes, 20 de mayo de 2008

Sí, estoy en la universidad, pero también tengo mi empresita

Como Sergey Brin y Larry Page, que lanzaron Google antes de graduarse, estos chilenos no esperaron el cartón para lanzarse.

Home Car Service:

Cómo de una pelea nació la idea de un negocio
Home Car Service, la compañía de Eduardo Grez, surgió a raíz de una pelea entre sus tres hermanas. "Siempre discutían acerca de quién tenía que llevar el auto que compartían al taller. Hasta que cumplí 18 años esa pelea no me importó. Sin embargo, cuando empecé a manejar, ese "cachito" me lo dejaron a mí. No tuve problema en cargar con esa responsabilidad porque siempre me gustaron los fierros. Por esa situación, en parte, me matriculé para estudiar mecánica en Inacap. Como sabía que en otros hogares existían disputas similares, pensé que al aprender más acerca de los autos podía ayudar a cambiar esta realidad".

Luego de su práctica profesional en varios talleres capitalinos, comenzó a arreglar autos a domicilio. "Siempre era algún primo que se comunicaba conmigo por pena. Iba a buscar su auto, lo arreglaba y se lo devolvía. Para ser sincero, los primeros meses del negocio me tiraron para abajo porque tenía más gastos que ingresos. Supongo que esta situación se debió a que nadie me conocía y tampoco confiaban en mi trabajo", confiesa.

Sólo dos años más tarde la compañía comenzó a brindar frutos. "El volumen de pedidos aumentó hasta tal punto que, el arreglo de los vehículos, se lo empecé a encargar a un taller con el cual me asocié. Ahora cubro todos mis gastos: el pago de mi carrera, el traslado de los autos, el carrete y las salidas con mi polola".

Gracias al vuelo que tomó, la compañía aprovechó para asociarse con otros talleres de Santiago. La empresa necesitaba ayuda con ciertas reparaciones. "Me di cuenta que un taller nunca tiene todos los elementos suficientes para arreglar ciertos inconvenientes que puedan surgir. Por ejemplo, en el barrio no hay ninguno que maneje el tema de pintura para autos. Por este motivo, después de investigar las especialidades de muchos talleres del centro, me comuniqué con uno donde me podían hacer precio por el volumen de vehículos que les llevara", detalla.

Eduardo no sólo selecciona a sus socios por los servicios que puedan ofrecer. En este rubro es muy importante que los mecánicos sean excelentes y, sobre todo, honrados. "Eso sólo se puede reconocer al estar trabajando desde adentro. Al compartir con los mecánicos uno se da cuenta a qué taller se puede llevar un auto o no. En ese sentido mi práctica profesional me benefició muchísimo porque aprendí esas "mañas" del negocio".

A pesar de que Eduardo admite que trabajar y estudiar sigue siendo un tema difícil, él reconoce que no va a abandonar sus estudios de mecánica y, menos, su empresa. "El lado negativo podría ser que por esta pega me he perdido carretes y paseos con mis amigos. Pero eso se desvanece cuando un cliente reconoce mi trabajo. Es rico cuando te llama por segunda vez el mismo compadre para que repares su auto", afirma.

No ampliará el volumen de vehículos que recibe semanalmente, pero invertirá una suma importante en publicidad para que Home Car Service sea un nombre reconocido entre los automovilistas de Santiago.

"El lado negativo podría ser que por esta pega me he perdido carretes y paseos con mis amigos".

EDUARDO GREZ
Dueño de la compañía

S y S Producciones:

Aquí hay un buen árbol para arrimarse
Unos meses antes de concluir sus estudios de gastronomía en Inacap, Antonio Sisejkovic recibió una llamada con una propuesta tentadora. Una amiga cercana de su familia, que conocía su pasión por el arte culinario, lo invitó a coproducir la inauguración, que preparaba una compañía vinculada al rubro automotriz, para un nuevo local. Aunque su compañera era una mujer con ocho años de experiencia a cuestas, necesitaba una persona que aportara sangre nueva e ideas frescas a este evento. Después de formular el plan de acción, ambos exhibieron a los clientes su propuesta y el presupuesto. Para su sorpresa, recibieron el "vamos" inmediatamente. "Al finalizar la celebración, muchas personas se acercaron a nosotros para preguntarnos si podíamos hacer algo parecido para ellos".

Desde ese momento decidieron trabajar juntos. Eso sí, antes de aceptar otros proyectos acordaron abrir la empresa Santibáñez y Sisejkovic Producciones. Una de las claves para que Antonio aceptara formar esta productora fue la confianza que le tenía a su futura socia. "Es muy difícil comenzar una compañía con una persona que no conoces porque no existe la confianza para decirse las cosas, para poder debatir ideas y para discutir los aspectos monetarios de cada proyecto". Antonio destaca que este tipo de asociaciones se fundan sobre bases sólidas de respeto mutuo, generosidad y una manera de pensar que coloca a la empresa antes que a los individuos que la componen.

Sin embargo, uno de los problemas que se presenta al abrir una empresa de este estilo es que no es un trabajo fijo de ocho horas diarias o uno que sea todos los días.

"Los eventos salen cuando la gente los necesita. Uno está en la oficina diariamente esperando que los clientes llamen. Por lo general, existe un período muy bueno, que es a final de año, donde salen una gran cantidad de proyectos: graduaciones, fiestas de fin de año, cumpleaños, matrimonios y comidas de cierre de empresas". Como resultado de esta realidad, la renta de cada socio puede ser extremadamente variable, pero que puede ser buena o mala según el trabajo que les proponen.

Bueno y barato
S y S Producciones se preocupa de entregar un servicio de calidad a bajo costo. "Siempre se discute el presupuesto del evento con los clientes. Por lo general se incluye un lugar para arrendar, un banquetero, un grupo de garzones, una carpa y el equipo de audio. Por medio de este método nos aseguramos que el cliente se entienda con una persona, no con varias, y en definitiva, se puedan superar sus expectativas respecto al servicio brindado", agrega. Gracias a esta manera de hacer negocios, Antonio se ha llevado una serie de satisfacciones que van más allá del aspecto económico. "Cuando uno parte siempre quiere dar lo mejor de sí, pero uno nunca se imagina que al hacer las cosas con preocupación, la gente que va al evento y el cliente quedan con una alegría tremenda. ¡Te agradecen porque les gustó lo que hiciste! Y eso me da una satisfacción enorme", concluye.

"Uno nunca se imagina que al hacer las cosas con preocupación, la gente que va al evento y el cliente quedan con una alegría tremenda".

ANTONIO SISEJKOVIC
Socio de la productora

Zuckerle:

Calugas, alfajores y más por internet
¿Sabe cómo se dice azúcar en alemán? Zucker. ¿Qué tiene que ver con este reportaje? Mucho. De esa palabra nació el nombre Zuckerle.

Esta pequeña empresa, propiedad de la estudiante de periodismo de la Universidad de los Andes, Daniela Aguilera, vende calugas y alfajores artesanales a través de Internet.

"La idea surgió de una receta familiar para hacer calugas tradicionales alemanas. Mi mamá me enseñó a hacerlas desde muy chica para poder llevarlas a los tesitos de mis amigas de colegio. Como tuvieron mucho éxito, se me ocurrió empezar a venderlas. Unos años más tarde, mi pololo, Alfonso, agregaría al negocio una receta de su familia para hacer alfajores artesanales que aprendió de su tía abuela".

Según Daniela, lo más difícil de empezar este negocio fue conseguir que las personas se interesaran por las calugas y también por los alfajores.

"Al principio, promocionamos nuestros productos sólo con nuestros amigos, que de repente nos encargaban algo para el Día del Padre o de la Madre. Sin embargo, nos dimos cuenta que ese no era el público al cual queríamos apuntar. Por lo general, las personas de nuestra edad no tienen el poder adquisitivo para comprar estas delicias regularmente. Así fue como decidimos cambiarnos al nicho compuestos por los papás y los abuelos de nuestros compañeros de universidad y amigos de la infancia", afirma.

Otro de los factores que dificultan el negocio, es que Zuckerle todavía depende de las cocinas de los papás de sus propietarios para fabricar las calugas y los alfajores. "Es súper fácil hacer estos productos, pero como hacemos muchos de cada uno, la cantidad de gas que se utiliza para cocinarlos a veces es demasiada. Por eso estamos buscando un lugar propio donde fabricarlos". Daniela asegura que este punto es aún más conflictivo que el de combinar apropiadamente trabajo y estudio. De acuerdo con ella, se puede hacer ambas cosas si se ordenan los tiempos adecuadamente.

"Por ejemplo, durante la semana estudio, y los sábado y domingo los destino a hacer y a vender mis productos".

Aunque Zuckerle no pretende ampliar su base de productos, sí buscará más espacios o locales de venta para captar nuevos consumidores. La idea es que en un futuro no muy lejano estos productos artesanales, provenientes de recetas familiares alemanas de una larga data, estén en puntos de venta.

"Durante la semana estudio, y los sábado y domingo los destino a hacer y a vender mis productos".

DANIELA AGUILERA
Propietaria de la empresa


Fuente: Diario El Mercurio, jueves 25 de Agosto 2005.

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