jueves, 29 de mayo de 2008

PerroCartón, una agencia que partio ofreciendo soluciones

No se reunieron para desarrollar una idea que ya estaba armada, sino que lo que los motivó fueron las ganas de montar algo propio y darles rienda suelta a los deseos de empezar algo nuevo.

Tener un negocio propio, desarrollar algo nuevo y plasmar en una empresa concreta el impulso que sentían de cambiar de trabajo fue lo que unió a tres de los cuatro socios de la agencia Perrocartón.

Ésa fue la forma en que Javier Bonifaz, Cristóbal Ackermann y Andrés Vásquez decidieron comenzar con esta agencia que combina publicidad con producción y el desarrollo de catálogos, que alcanzó una facturación de US$ 1,2 millón en el período 2007, doblando las ventas de 2006.

Hoy manejan cuentas como Fiat, Olay, El Inmobiliario, Budget y Punto Hogar, entre otras, lo que los ha llevado a elevar sus expectativas y a esperar duplicar nuevamente sus números durante el ejercicio que recién comienza.

Los inicios
Pero no todo fue tan fácil. En el camino surgieron dificultades que fueron sorteando poco a poco para ir consolidándose y creciendo. Uno de los problemas a los que se enfrentaron fue el de trabajar con gente muy cercana y querida, que a veces no se ajustaba cabalmente a las necesidades de la firma. "Partimos siendo un grupo grande de amigos, y no es fácil hacer esto con amigos", dice Andrés Vásquez, uno de los socios de Perrocartón. Esto, asegura, porque hay mucho roce dentro de una empresa y se van generando ruidos entre los jovenes que ahí se desempeñan.

"Pero en un momento hicimos clic y nos dimos cuenta de que las amistades nos habían jugado en contra. Había que trabajar y dejar los sentimientos un poco de lado", acota Andrés. Y para graficar esta imagen de que "fuimos papás mucho rato" cuentan que, en un minuto de 2006, llegaron a tener 30 personas trabajando en la organización y no lograban los resultados esperados, mientras que ahora son 15 empleados.

El cuarto elemento
Fue ahí cuando se dieron cuenta de que podían optimizar recursos y que las cosas podían funcionar mejor. Estaban en esto cuando apareció el cuarto socio actual de la empresa, Mike Kehoe. Mike es un norteamericano que traía consigo una experiencia de cerca de 10 años en marketing en Procter & Gamble y Estée Lauder, por lo que llegaba a aportar considerablemente en las áreas donde los demás socios de la compañía sentían que estaban más débiles. "Él trabajaba en P&G cuando nosotros teníamos la cuenta de Old Spice, y él tenía ganas de empezar algo, vio en nosotros una posibilidad, y era lo que necesitábamos", comenta Bonifaz.

Con su llegada, en marzo del año pasado, se notó un cambio importante en la forma de trabajar en Perrocartón, sostiene Ackermann, ya que Kehoe -al no ser amigo de ninguno- contribuyó con la parte numérica y contable de la agencia.

"Es el lado que le faltaba a Perro; somos cuatro pilares fundamentales de la empresa", dice Andrés, y luego agrega que se han percatado de que no necesitan tener un staff fijo, sino que pueden contratar personal de acuerdo con las campañas que estén elaborando.

En cuanto a la forma en que se manejan, los socios enfatizan que ellos buscan imbuirse de las necesidades de sus clientes. "Miramos a nuestros clientes como socios. Por ejemplo, no participamos en los grandes premios de publicidad, porque nuestro principal interés es que el cliente gane, que tenga utilidades a fin de año", afirma Ackermann. "Nosotros trabajamos con ellos y no para ellos, ya que la idea es lograr un sentido de equipo", cuentan los fundadores de Perrocartón. Ámbitos bien definidos son otra de las máximas de la compañía. De esta forma, cada socio tiene su esfera de acción, lo que no implica que no intervengan en las otras.

Factor diferenciador
Una de las grandes diferencias que tienen con las otras agencias, dicen, es que ellos nacieron como una empresa que ofrecía servicios y soluciones en 360°, por lo que no han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, como les ha ocurrido a muchas de las grandes. Por ejemplo, cuentan, es habitual que las agencias consideren que el eje central de las campañas será siempre la televisión, cuando hay marcas cuyos presupuestos no dan para este medio. Es aquí donde la creatividad y el poder enfocarse en los puntos de venta puede ser una buena opción, plantean los miembros de Perrocartón.

Y como todo negocio que partió de cero, han tenido que enfrentar situaciones con escasos recursos. Cuando estaban en medio de la licitación para ganarse su primera cuenta, tenían reunión con el cliente, pero la oficina no estaba lista. ¿Solución? Echaron a andar la imaginación y armaron una oficina. Les pidieron a amigos que se instalaran con sus computadores e hicieran como que trabajaban, a una amiga que hiciera de secretaria. Sus familiares los llamaban al celular para que parecieran ser solicitados. Para decorarla sacaron muebles de sus casas. Y así, montaron una oficina con movimiento de sobra. Una escena que ya dejaron de actuar.

Ver: Saludo Navideño PerroCartón

Fuente : Diario el Mercurio, redaccion Tamara Busch Borges

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